14-MAR-2009
Fuerte de Loreto, Puebla
Antecedentes
Debido principalmente a la cantidad de deudas, Francia, Inglaterra y España subscribieron el Convenio de Londres, por la cual se comprometieron a intervenir por el uso de la fuerza en México para reclamar sus derechos como acreedores, mientras tanto el Presidente Benito Juárez declaro suspendidos los compromisos adquiridos y aplazó pagar la deuda a las naciones europeas. Tras desembarcar en Veracruz, España e Inglaterra aceptaron las explicaciones mexicanas dadas en los Tratados de La Soledad, los cuales tenían como fundamento, el respeto a la soberanía territorial, el reconocimiento de las naciones acreedoras al Estado Mexicano, la entrada al terreno de las negociaciones para llegar a acuerdos en común, que beneficiaría tanto a la República Mexicana, como a los intereses de las potencias invasoras, y por último, se permitiría que los soldados de los tres países se establecieran en las ciudades mexicanas de Orizaba, Córdoba y Tehuacán durante las negociaciones, debido a lo malsano del clima imperante en el puerto de Veracruz; en caso contrario, los soldados de las tres potencias se retirarían a las costas de Veracruz para así comenzar las hostilidades.
09-APR-2009
Invasión francesa
Solo los representantes de España e Inglaterra comprendieron la situación que guardaba la República Mexicana, al analizar los argumentos, decidieron negociar de manera independiente ante la autoridad mexicana, privilegiando a la nación mexicana con un triunfo diplomático, que dadas las difíciles circunstancias, permitió encauzar esfuerzos posteriormente hacia la intervención del Imperio Francés; pero ellos tenían otros planes. El primero, el pronto pago con intereses de la deuda, esto incluía un cobro exagerado por parte de la Casa Jecker, debido a destrozos causados durante la Guerra de Reforma, dos, tener control total y absoluto de las aduanas, así como intervención directa en la política económica del país, y tres, el más común, imponer un gobierno monárquico en México, con miras a contrarrestar el creciente poderío de los Estados Unidos.
Sin embargo, un mal entendido por parte de los representantes de las tres potencias, aunado a los ambiciosos planes de la representación francesa de sus propios tratados, inicio pronto las hostilidades con el ejército de Napoleón III, dando por iniciada la invasión francesa.
Gral. Juan Prim
Al frente del ejército francés venía el general Charles Ferdinand Latrille, Conde de Lorencez, quien partió de Veracruz en dirección a la ciudad de México, pasando por Tehuacán y avanzado hacia el oeste. Para contrarrestar este avance, el gobierno mexicano de Juárez encargó el mando del Ejército de Oriente al general Ignacio Zaragoza, hasta entonces Secretario de Guerra y Marina y veterano Húsar de la guerra con los Estados Unidos.
El 16 de abril de 1862, el General Juan Prim, Jefe de la Fuerzas Españolas, escribía a Ignacio Zaragoza que, no habiéndose puesto de acuerdo los representantes de los tres países, solo los españoles e ingleses aceptarían los términos que Juárez decretara en los Tratados de la Soledad, y se reembarcarían de regreso a casa. También puso en alerta a Zaragoza que los franceses no aceptaron esto, pues vieron fallas en este decreto, y que exigían pronto el pago, pues se veían amenazados por los prusianos con una guerra, y no tenían con que solventar una guerra, por lo cual comenzarían una invasión hacia la capital de la República, supuestamente para poder obtener el pago de la deuda.
Napoleón III
Después del fracaso de los Tratados Preliminares de La Soledad y el retiro de las flotas española e inglesa tras la escaramuza entre galos e hispanos en Córdoba, el ejército francés, al mando del general Charles Ferdinand Latrille, Conde de Lorencez, sale de Orizaba hacia el oeste. Había llegado envuelto en laureles de victoria, colgando de sus blasones los nombres de sus triunfos obtenidos en Solferino, Magenta, Argelia y Sebastopol, reflejaba esa actitud la insolencia y subestimación de Lorencez, al enviar al Mariscal de Francia Lannes, el siguiente mensaje: “Somos tan superiores a los mexicanos en organización, disciplina, raza, moral y refinamiento de sensibilidades, que le ruego anunciarle a Su Majestad Imperial, Napoleón III, que a partir de este momento y al mando de nuestros 6.000 valientes soldados, ya soy dueño de México”. Era un sueño absurdo el de Lorencez querer conquistar un país cinco veces más poblado que Francia, pero sostenida por la guerra civil que vivía México, y la no amenaza de Estados Unidos, pues también se encontraba en guerra civil.
14-MAR-2009
Gral. Ignacio Zaragoza
A toda prisa, el gobierno federal de Benito Juárez García ordena a Zaragoza que organice el Ejército de Oriente, compuesto de cerca de 10 mil hombres, escaso número para el vasto territorio que deben cubrir. El general Ignacio Zaragoza, hasta entonces Secretario de Guerra y Marina y veterano húsar durante la guerra con los Estados Unidos, toma el mando del cuerpo, y se dirige hacia los límites entre Veracruz y Puebla, a fin de reconocer el avance del ejército francés, que ya entraba en combate con las tenaces guerrillas veracruzanas, las que no dejan de acosarle. El 22 de marzo ordena el fusilamiento de Manuel Robles Pezuela, detenido en Tuxtepec junto con algunos jefes conservadores, que logran escapar de las tropas del General Arteaga. Acusado de Alta Traición al buscar alianzas con los invasores, Pezuela se niega a creer que la sentencia será ejecutada, ya que piensa que a Arteaga no le convendría darle un mártir a los conservadores. Sin embargo, palidece y su esperanza desaparece cuando se entera que la orden no es de Arteaga, sino de Zaragoza. Fusilado el General Robles Pezuela en un costado de la iglesia de San Andrés Chalchicomula, mientras los conservadores reúnen tropas del orden de 1.200 hombres cerca de Atlixco, con esto se inicia la llamada Batalla Antidiplomática.
14-MAR-2009
AVANCE FRANCES
El día 2 de mayo, el ejército franco sale de San Agustín del Palmar. Entre ellos y la capital sólo se encuentra la Ciudad de Puebla de los Ángeles (hoy Puebla de Zaragoza) por donde los franceses esperan pasar entre aplausos y exclamaciones de los opositores de Juárez, siendo este el lugar más conservador del México del siglo XIX. Sin embargo, es Juárez quien ordena a Zaragoza que ahí se les presente batalla a los franceses.
El 3 de mayo Zaragoza arriba a Puebla, dejando a retaguardia de los franceses una Brigada de Caballería, a fin de hostigar al invasor. La mayoría de la población de la conservadora Puebla es partidaria a la intervención, y los civiles se encierran en sus casas detestando el suceso, mientras los batallones mexicanos desfilan marcialmente entre las desiertas calles de la ciudad e ingresan en sus cuarteles.
Gral Tomas O´Horan
Zaragoza sube a lo alto del cerro Guadalupe y en menos de una hora ya tiene el plan de batalla que va a seguir para la defensa de la plaza (ver tabla superior). De inmediato fortifica los reductos que se encuentran en los cerros de Loreto y Guadalupe. La guarnición cuenta tan solo con 6,700 hombres, escasamente armados, y para empeorar las cosas, la mayoría de la población, partidaria a la intervención, se niega a apoyar al ejército mexicano, peligrosamente falto de recursos. Se dice que tal fue la insolencia de los poblanos que Zaragoza exclamó desesperado “Qué bueno seria quemar Puebla”. Sólo lo detendría el hecho de que en "...la ciudad también hay criaturas inocentes”.[cita requerida]
El 4 de mayo, los exploradores mexicanos vuelven con noticias de que los remanentes conservadores, al mando del General Leonardo Márquez se disponen a socorrer a los franceses. Zaragoza envía una brigada de dos mil hombres al mando del General Tomas O´Horan a Atlixco, con el fin de detener a Márquez, y se dispone a preparar la pelea. Organiza sus fuerzas para la defensa de la plaza con una Batería de Batalla y dos de Montaña, cubriendo Loreto y Guadalupe con 1.200 hombres, formando a los otros 3.500 en cuatro columnas, con una Batería de Campaña, tres Brigadas de Infantería y una de Caballería.
Porfirio Díaz
El ala derecha mexicana la cubren las tropas de Oaxaca, junto a los Batallones Patria, Morelos y Guerrero, al mando de Porfirio Díaz.
Berriozabal
El sitio de honor, el centro de la línea, lo ocupan Berriózabal y La Madrid, con las tropas del Estado de México y San Luis. La izquierda se apoya en los cerros de Loreto y Guadalupe, con Miguel Negrete a la cabeza de la Segunda División de Infantería. La artillería sobrante es colocada en los fortines y reductos dentro de Puebla.
A las nueve con quince minutos de la mañana del 5 de mayo, los franceses aparecen en el horizonte, cruzando fuego con las Guerrillas de Caballería que se batían en retirada, cuyos jinetes no se repliegan hasta que la batalla francesa está formada y lista para avanzar.
Miguel Negrete
El combate se inicia a las once y cuarto de la mañana. Se rompe el fuego de cañón y la infantería francesa avanza, al amparo de las baterías francesas, quienes arribaron delante de la infantería.
El 6° Batallón de la Guardia Nacional del Estado de Puebla (confundido erróneamente como zacapoaxtlas, ya que estos componían una compañía de dicho batallón, al igual que los xochiapulquenes) ocupó el puesto de honor y gloria ya que fue el primer cuerpo de guerra del Ejército de Oriente en hacer frente al enemigo y el primero en alcanzar un rechazo al ataque. El 10 de mayo de 1862, el General Ignacio Zaragoza expidió un certificado en donde reconoció tal hazaña. Así mismo, expidió al entonces Comandante Mayor del Batallón Tomás Segura, originario de Tetela de Ocampo, un certificado constatando que él fue el primer individuo en hacer frente al enemigo y el primero en rechazar su ataque. Este último certificado, así como muchos otros documentos sobre la Guerra de Reforma y la Segunda Intervención Francesa en México están resguardados en el Archivo Histórico Particular de la Familia Molina Bonilla en la Ciudad de Tetela de Ocampo, Puebla.