La mitología atribuye la fundación de la ciudad a Hércules, quién le daría el nombre de Obula en honor a su madre, pero los primeros vestigios de población que pueden atestiguarse se relacionan con las tribus celtas; concretamente con los vettones, que se instalarían alrededor de la ciudad actual aproximadamente sobre el 700 a. de C. (Castros de Ulaca, las Cogotas y Chamartín), asociados a ellos aparecen los míticos verracos de granito, diseminados por Ávila y provincia.