Durante las exploraciones del basamento se encontró un pequeño altar con una cavidad rectangular que contenía restos óseos humanos. Estuvo decorada con pintura al fresco representando cráneos y huesos cruzados, motivos que se repiten, labrados en piedra, al exterior del altar. Este altar es la representación de un Tzompantli o muro de cráneos elemento que los chichimecas adoptaron de la antigua Tula. Se asocia al sacrificio y desmembramiento humanos con fines religiosos, u se conserva hasta la época de los mexica.