Aterrados De Contraer El Coronavirus, Abogados De Inmigración Piden PararLos abogados de inmigración en Arizona trabajan bajo el "terror" de contagiarse con el coronavirus, en vista de que se mantienen ciertas audiencias en tribunales así como visitas a centros de detención, a pesar de sus pedidos para que se aplacen las actividades. El miedo, que ha llevado a muchos a improvisar vestimenta de protección personal a base de guantes y máscaras de construcción, es compartido aun por los jueces y personal de los tribunales, que asisten atemorizados a las reducidas salas donde se desarrollan las audiencias, y en presencia también de policías, traductores y migrantes. abogado especialista en migración
Según dijo a Efe la juez Ashley Tabaddor, presidenta del Sindicato de Jueces de inmigración, los expedientes de los detenidos prosiguen abiertos y masomenos todo marcha "como de costumbre, lo cual es muy problemático" por el hecho de que "está poniendo en riesgo la salud de todos".
Pamela Florian, presidente de la filial en Arizona de la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración (AILA, en inglés), afirmó a Efe que "es solo cuestión de tiempo antes de que alguien se enferme".
"Ya hicimos una carta formal pidiendo que cierren las cortes. Estamos preocupados por la salud de los detenidos y mismos. Aguardamos que el gobierno cierre antes de que ocurra una tragedia", añadió.
Los abogados coinciden en que la peor parte la llevan los migrantes, quienes se hallan en un estado de vulnerabilidad y continuo estrés, puesto que están recluidos en pequeñas celdas y no se les da elementos básicos de protección sanitaria, como mascarillas, guantes o gel antibacterial.
"Cuando voy nunca veo a personas desinfectándose, a los inmigrantes no les dan tapabocas, estamos hablando de centros que cuentan con mil personas o bien más", afirmó a Efe Ayensa Millán, letrada de inmigración en Phoenix.
Ella está preocupada por sus frecuentes visitas a los centros de detención, y encima lleva días sintiéndose mal y con tos. "No he podido lograr una prueba (para detectar la COVID-19), en esos lugares no sabes quienes están inficionados, te puedes contagiar veloz", expresó.
Afirmó que desde que llega al centro de detención de Eloy debe pasar múltiples controles y tener contacto con múltiples personas, y una vez dentro se pueden ver entre 5 y diez detenidos en un cuarto "del tamaño de un baño" hablando con sus abogados antes de las audiencias.
Exactamente, cerca del centro de detención de Eloy, en el Centro Correccional La Palma, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), ha confirmado un positivo al COVID-diecinueve entre uno de los detenidos.
Millán especificó que a lo largo de las audiencias los participantes están a una distancia "sumamente corta en pequeños espacios, lo que nos pone en un inminente peligro".
"Las autoridades del Gobierno no quieren presentarse, ya dieron una orden donde los jueces mayores se marchan a presentar por teléfono", dijo la abogada.
Hugo Larios, letrado de migración, además de salir con su equipo de protección personal siempre y en toda circunstancia lleva en su carro un galón de cloro para lavarse las manos y, después de ver a sus clientes en los centros de detención, limpiar su automóvil.
"La semana pasada fui a la Palma y mañana voy a ir a Eloy, tengo la suerte de que mi hermano es dentista en México y me mandó tapabocas y guantes para poder trabajar, si no fuese por él no sé dónde los habría logrado", señaló a Efe.
Añadió que les han dado la ocasión de hacer las entrevistas a sus clientes del servicio por teléfono, mas que este procedimiento les resta privacidad y no ayuda a brindarles el mejor servicio.
El mismo temor a un contagio lo siente el letrado Ray Ibarra, quien de la misma manera que sus colegas ha buscado su protección personal, pero reconoce que las audiencias en los centros detención "son lugares horribles para la salud".
"Prácticamente no tiene protección, los guardas entran y salen sin medidas adecuadas. Claro que tengo miedo de ir, es un sitio donde nunca se han preocupado por la salud de las personas, no los tratan como humanos", comentó a Efe.
Ibarra explicó que las entrevistas por teléfono no son simples ya que varias veces se cortan las llamadas y además de esto considera preciso el contacto con el cliente para crear un vínculo de confianza.
"De qué forma puedo repasar una aplicación cuando están todos escuchando la situación del cliente del servicio, además de esto tenemos que poner dinero para las llamadas y solo tenemos un máximo de 250 dólares estadounidenses por mes", ahondó.
"Es necesario que cierren las cortes, paren las deportaciones y dejen libre a los inmigrantes que no tiene delitos y presentan un peligro mayor", resumió el asimismo letrado de inmigración Daniel Rodríguez. |