Convocados por el compañero Juan Igancio Amador, disfrutamos de otra inolvidable jornada montañera.
La subida a La Maroma la realizamos desde Sedella por el sendero de la Loma de Cuascuadra y bajamos por el nuevo sendero habilitado que transcurre por El Fuerte.
La subida aunque constante es llevadera. El problema es que son bastantes kilómetros de subida y se termina haciendo pesada. Por suerte, mientras más arriba, más suave se va poniendo hasta llegar a Las Allandas donde cambia la configuración de la vereda convirtiéndose en una verdadera subida montañera. El tramo desde Las Allanadas hasta La Tacita de Plata fue apoteósico y tuvimos la suerte de disfrutar de la cantidad justa de nieve para que, sin entorpecer la marcha, nos lleváramos en nuestras retinas la imponente belleza de esta montaña.
Al llegar a Los Volaeros estuvimos viendo la posibilidad de hacer cumbre o no ... la tarde se echaba encima y no era necesario arriesgar más de la cuenta ... pero en el último momento decidimos subir lo más rápido posible para que la noche no nos pillara en la bajada. Así fue como hicimos este tramo, y parece que la montaña quiso recompensarnos abriendo las nubes que la envolvían para que pudiéramos deleitarnos con sus indiscutibles vistas.
Una vez regresamos de la cumbre comenzamos el descenso por el nuevo sendero de El Fuerte. Vertiginoso y espectacular nos llevó primero a escasos metros de la cumbre de este cerro y poco tiempo después estábamos en Sedella disfrutando de una cerveza y unas exquisitas tapas.
Un abrazo a todos los compañeros que participaron en la ruta haciendo posible otra momorable jornada montañera.