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Clavijas de Cotatuero - Faja de las Flores - Clavijas de Solarons (12 de agosto, 2011)

Antes de comenzar el curso de aguas vivas, me escapé un día aprovechando el entorno que me brindaba la naturaleza del Norte de España.
Aconsejado por Reinaldos me decidí por hacer esta ruta que aunque implica un par de pasos complicados, se puede realizar sin ningún temor a perderse.
Es una verdadera gozada bajarse del autobús a las 7:15 de la mañana en la pradera de Ordesa y comenzar a caminar. El sendero de las Clavijas de Cotatuero sólo lo tomó otro senderista y yo, pero llevaba una marcha bastante más rápida que la mía y a los 5 minutos me encontraba solo enmedio de hayas, abedules, pinos, fresas silvestres y CLAAAVIJAS! El olor a bosque húmedo, las sombras de la noche y los lejanos sonidos de animales y arroyos eran mis compañeros.
La senda comienza subiendo suavemente y una vez se ha alcanzado un pequeño aguardo se empieza a empinar. Desde la mitad del sendero hacia arriba se puede contemplar de vez en cuando la majestuosa cascada de Cotatuero, todo un placer para los sentidos. El sendero cada vez se hace más complicado de seguir necesitando incluso la ayuda de las manos para progresar con seguridad. Una vez divisas las clavijas, respiras, y te das la vuelta, es cuando percibes lo especial que puedes llegar a sentirte en un sitio así. La Pradera de Ordesa se puede apreciar casi al completo, toda la falda sur empieza a recibir los primeros rayos de sol, y yo empaquetando los bastones y sacando el arnés para atravesar el maldito pasillo. Son pocos metros, sobre 50, pero que te suben la adrenalina al máximo... creo que el balcón que tenemos debajo debe estar cercano a los 200 metros :(
Cuando por fin atravesé las Clavijas y vi la cabecera de la cascada con el primer rayo de sol dándole en el ángulo perfecto pensé que era un regalo que me hacía la montaña por estar allí.
Me quité el arnés, saqué de nuevo los bastones y aproveché para comer y beber algo... por una parte sabía que tenía que parar a comer y por otra quería continuar para ver lo que había a continuación. Menos mal que paré porque lo siguiente que vi fue la parte superior del circo de Cotatuero, praderas, cascadas, arroyos...iba tropezando casi a cada paso porque no miraba a donde pisaba, si no a todos los detalles de mi alrededor, picos que iban apareciendo, posibles caminos, marmotas, rebecos, etc...
Yo continué siguiendo todo el arroyo hasta que me resultó imposible y desde allí comencé a ascender hacia la izquierda buscando la Faja de las Flores, el objetivo del día.
El paisaje no puede ser más espectacular, adornado con Edelweiss y demás flores alpinas que en verano aprovechan para florecer. En la subida hay un par de repechos un poco más duros pero por lo general se hace muy cómodo... y una vez que llegas a un lapiar calizo, del estilo de nuestra Sierra de Líbar, la ascensión se convierte en paseo. Sólo tienes que dejarte llevar, disfrutar de las vistas y no desviarte de los hitos que te llevaran hasta la Faja de las Flores.
Antes de llegar a ese punto, la montaña nos tiene reservada otra sorpresa, los picos emblemáticos de la zona se nos descubren como si fuera el premio a nuestro esfuerzo: La Brecha de Rolando, Taillón, Marboré, Monte Perdido, etc..
Una vez recuperé la consciencia de que debía continuar caminando me encaminé hacia la entrada de la Faja de las Flores... si había disfrutado hasta aquí, a partir de este momento, las sensaciones se multiplicaron por 10. Creo que todas las palabras que se utilicen serían incapaces de transmitir lo que se siente al ver tal espectáculo. Ver como el sendero va colgado, aprovechando un estrato, a más de 1000 metros sobre la pradera te deja sin palabras; cada curva o recodo te ofrece nuevas perspectivas, nuevas vistas y nuevas sensaciones. El transcurrir sobre la Faja se hace sin darte cuenta de la distancia que vas avanzando, a excepción de cuando te encuentras a algún compañero que te saca de tu sueño: -Hola -Bonjour...
Llegado a la última curva de la Faja se aprecia el sendero de bajada, y te recuerda que tienes que abandonar esa ruta... ha llegado el momento de exprimir las rodillas y hacer una de las bajadas más intensas que he realizado jamás. Se descienden más de 1000 metros en menos de 5 kilómetros (esto es apreciación mía, porque no llevaba GPS, pero no creo que haya mucho más).
Lo primero que se tiene que superar es el tramo de Clavijas de Solarons, mucho más corto que el anterior, pero que no cuentan con cable de vida y hace que las sensaciones también sean fuertes. En la bajada el Tozal del Mallo me escoltó mostrándose en todo su esplendor... los paisajes iban recuperando el verdor de la vegetación y en poco tiempo estaba de regreso en la pradera.
No quiero ni pensar como será este paseo con las cumbres nevadas.
Primeras luces en Torla
Primeras luces en Torla
Abedules
Abedules
Subiendo hacia Cotatuero
Subiendo hacia Cotatuero
Fresa silvestre
Fresa silvestre
Ladera sur Ordesa
Ladera sur Ordesa
Clavijas de Cotatuero
Clavijas de Cotatuero
Cabecera de la cascada de Cotatuero
Cabecera de la cascada de Cotatuero
sol en la cascada
sol en la cascada
Brecha de Roland
Brecha de Roland
Panorámica
Panorámica
Rebecos
Rebecos
Circo de Cotatuero
Circo de Cotatuero
Faja de las Flores
Faja de las Flores
Faja de las Flores
Faja de las Flores
Comienzo de la bajada de Solarons
Comienzo de la bajada de Solarons
Tozal del Mallo
Tozal del Mallo