Anastacia ha visitado por primera vez España, la cantante neoyorquina demostró estar en plena forma tras haber superado un duro trance personal: el cáncer.
El Palacio de Vistalegre estuvo anoche abarrotado por una multitud entregada a la diva y a una puesta en escena al más puro estilo norteamericano.
Con solo tres discos en el mercado, la artista ya pide hasta 60 euros por entrada. Y lo llena. Por su timbre cualquiera diría que es descendiente directa de Tina Turner y, sin embargo, es más rubia que las pesetas y además sabe explotar esa voz tan única y racial que la ha convertido en todo un ídolo.
En su visita a España, Anastacia comenzó el recital con un tema de su último disco, ‘Season change’, algo más encorsetada y tímida en una alternancia de baladas y temas pop-rock. Durante todo el concierto estuvo arropada por un lujoso trío coral y un grupo de bailarines circenses, que saltaban, patinaba y trepaban.
Además, el espectáculo tuvo la lucidez de introducir otras sorpresas que poco a poco fueron ganando la complicidad del respetable: un paréntesis a capela del lujoso trío coral, un desplazamiento de la diva hacia el otro extremo del recinto y un concurso de canto entre dos de sus fans, derrumbaron todas las distancias. Hasta hizo sus pinitos con el español.
Pero sin duda, fue la segunda parte donde Anastacia enervó a la masa gracias a sus temas más populares, como ‘Left outside alone’, ‘Paid my dues’ o ‘I’m outta love’, además del inciso antibelicista en el que la artista cantó por la paz, el amor y la vida. Amén.