El convento fue fundado en el siglo XV por María Suárez de Toledo, conocida por el nombre 'Sor María la Pobre'. Actualmente se encuentra cerrado porque se trata de un convento de clausura. Tiene su origen en dos palacios distintos del siglo XV de corriente mudéjar y la Iglesia de San Antolín. El interior del convento conserva abundantes muestras de mudéjar civil.

Se accede a la iglesia conventual, reconstruida durante el reinado de Carlos I, a través de una portada de época de los Reyes Católicos. Es de estilo gótico y se cubre con artesonado de madera. En el interior haya un retablo del siglo XVI. El retablo mayor es de estilo plateresco y presenta bellos altorrelieves y un gran número de tallas. A los pies se construyó el coro de las monjas con un zócalo de azulejería, un retablo plateresco y una sillería, todo ello del siglo XVI. En la clausura existen cuatro patios: el de los Naranjos, de los Laureles, de la Enfermería y de la Demandadera.
Restaurado en diversas fechas, concretamente en 2005, las obras de arte atesoradas en el convento y los bordados que las monjas clarisas que lo habitan hicieron durante siglos, se puede contemplar y está abierto al público una parte del edificio convertido en museo.