Ana, tu sueño, tu hija, tu pequeña dama,
crece lejana, segura de sí;
Ana no llama, prohibido Madrid,
pero pregunta por ti.
Ana, dos lunas, dos camas y entre dos ciudades,
siempre mitades de un mundo feliz;
Ana lo cuenta y aprende a vivir,
pero pregunta por ti.
Ana, le cuentan mentiras sobre tu persona,
Ana lo sabe, conoce el ardid,
nada cuestiona ni dice que sí,
pero pregunta por ti.
Si no supo lo que había,
si creyó que volverías,
si se desengañó
donde buscó,
en qué rincón te encontraría.
Ana, tu sueño, tu hija, tu fin de semana,
leyes extrañas te alejan de allí,
Ana se ríe de todos así,
Ana pregunta por ti.
(joan baptista humet)