Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría (Pablo Neruda)